sábado, 31 de diciembre de 2011

La copa se balanceó sobre la mesa, se reflejaba en su interior el vacío profundo de un reflejo que parecía no reconocerse entre campos y campos de amapolas muertas, desolladas. En el horizonte una danza de pájaros indicaba que se precipitaba una estación desconocida, sobre la piel parecían dibujarse las marcas de noches en vela, repletas de letras.






1 comentario: