lunes, 13 de febrero de 2012

Cuando lo ortodoxo te queda chiquito.


Desde hace varios meses me he vuelto una exhibicionista del drama minimalista, así como en pequeño y minúsculo pero notoriamente obsesiva. 
Sin embargo, de vez en cuando me doy a la tarea de publicar artículos, fotografías o cualquier material que podrían ser de “interés” mas allá de el profundo ego de plasmar las ideas o  de quedarse sin ellas también, por que no. 
El setenta por ciento de mis “amigos” en dichos portales o convivencias  son   licenciados en periodismo, letras, antropología ,fotografía mmm y asi  algún perdido por allí logra ser  médico.
Y es que los médicos aveces aburren, aburren tanto que nos aburrimos de nosotros mismos.
No hace falta ni siquiera salir a la calle en estos tiempos para saber qué tipo de sociedad somos. 
Casi siempre,son una de las mil y una cosas que  como hoy me valen madre: los  idealismos acerca de que somos respetados a nivel social,para mi  que se gane el respeto quien lo merezca.
La ortodoxieria quedo para los viejos que nos imparten las  clases, y que aun que pronuncien el "Entendistes?" son la mierda eminencia de los muros rescrebajados y por supuesto hay que respetarlos.

Desearía leer las ideas retorcidas de mis colegas, lo poco ortodoxo que cargan en sus conciencias,  sus perversiones sexuales, sus momentos de odio colectivo, cuándo probaron la mota, gustos culposos, los vicios que tienen, obsesiones, fobias, creaciones fuera del área clínica y demás características que demostrarían al menos no ser arrastrados por la sana amabilidad colectiva que generan las redes sociales. 
Gracias. Ya supe quienes piensan más allá de la propaganda de Librerías Gandhi. 

Los odio a todos por dejarme ser incongruente. 

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